El terremoto destapa otras realidades

Fotografías: Josep Vecino
El pasado terremoto sacudió con fuerza la Costa y la forma de vida de miles de personas, y fijó la mirada del Ecuador y del mundo en este pedazo de tierra. Ya son más de tres meses, pasó lo peor, pero todavía el recuerdo está vivo y, a veces, la naturaleza nos ayuda a evocar la experiencia en forma de réplica.
Actualmente la zona se encuentra en fase de reconstrucción y, más allá del debate de cómo reconstruir una casa, está el problema que el terremoto solo agravó: la situación de años de olvido y empobrecimiento. El gobierno se vanagloria del número de casas que se van a construir y olvidan que si vivían en casitas de madera, cualquier cosa obviamente es buena, incluso mejor.
A minutos de las carreteras que unen las ciudades más turísticas de la Costa, se perpetúan otras realidades de personas que llevan años viviendo en una lucha continua, desigual, no solo ante una naturaleza que no da tregua -el fenómeno de El Niño se sumó al terremoto- sino ante un sistema que no las tiene en cuenta. Estas personas hace tiempo que aprendieron a organizarse y a luchar, pues saben que el terremoto es solo una cuestión de tiempo y pronto pasarán de nuevo al olvido.
Muchas organizaciones llegan donde al día de hoy no llegó la ayuda institucional. Ahí reconstruyen escuchando las necesidades, reinventando con los materiales de siempre y las formas de construcción antisísmica. Por ejemplo, la UOCE está levantando ya las primeras casas piloto con un ingenioso sistema de cimientos combinando neumáticos para amortiguar futuras réplicas o terremotos.
El problema de la Costa no está en nuevas carreteras y casas de bajo coste que llenen portadas con las fotos de rigor. Pasa como en otras zonas, otros países, por un cambio en el modelo social. Un cambio que visualice la problemática, que proporcione soluciones de base, que dignifique la vida de quienes trabajan uno de los bienes màs preciados, la tierra. Que no destruya sus formas de vida y las criminalice cuando son defendidas ante los intereses de las grandes corporaciones.
El terremoto destruyó las casas de miles de personas, que ya vivían en una situación difícil.