Sobre la cuerda floja
Caótica, esta palabra define la situación electoral del Ecuador. En medio de insultos e incertidumbre perdura la jornada democrática que se efectuó el 19 de febrero. La demora de los resultados del Consejo Nacional Electoral (CNE) fortaleció los rumores de pasillo que alimentan las dudas de ciertos sectores de la población.
Durante este proceso, los medios de comunicación evidenciaron sus tendencias políticas. Desde las 5pm hasta las 24pm del 19, cada canal proyectaba un desenlace distinto, de acuerdo a los resultados de las encuestadoras contratadas y las incompletas cifras oficiales. Los medios privados insistieron en que el candidato de la oposición, Guillermo Lasso, pasaría a una segunda vuelta, mientras que los medios públicos declaraban el triunfo de Lenin Moreno, candidato del oficialismo.
¿A quién creer?
El ejercicio periodístico caminó sobre la cuerda floja entre la información y la especulación. Los reporteros minuto a minuto narraron lo que sucedía desde el lugar de los hechos, recopilaban testimonios de los protagonistas, mientras en los sets analistas invitados a los programas de opinión reforzaron discursos sobre la medición de las fuerzas políticas a las que representan cada uno de los finalistas presidenciales.
El televidente podía encontrar equilibrio de las versiones solo si hacía el ejercicio de escuchar lo que decía cada bando. Sin embargo, la diferencia estadística confundía y ponía en sospecha la veracidad de los resultados. El dato tanto en su esencia como en su interpretación reflejó diversas opiniones.
Los profesionales de la información afrontaron una ardua labor, debido a que la institución responsable de emitir las cifras oficiales (CNE) complicó el panorama. Cada medio eligió sus fuentes, mismas que fortalecieron o restaron su credibilidad, además de evidenciar la estrategia informativa.
Al amanecer del 20 de febrero la prensa escrita se manifestó con la misma lógica de las televisoras nacionales.
Una reacción en cadena no cesó y los medios internacionales, de acuerdo a su línea política, se hicieron eco de esta “guerra mediática” que responde a intereses de los grupos de poder, antes que el servicio de la población.