Viernes Santo en Pedernales
Fotografías: Josep Vecino/The Reporters
Este domingo 16 de abril se conmemoraba un año del terremoto cuyo epicentro fue en Pedernales, en la costa ecuatoriana, y coincidió con el feriado correspondiente a la celebración de la Semana Santa.
En Pedernales, se mezclaban sentimientos encontrados tras un año transcurrido de esfuerzos para recuperar ánimo y modos de vida, con las celebraciones religiosas y la llegada del turismo a la ciudad. Un año donde la ciudad ha ido cambiando, que se percibe en las calles, pero como allá dicen “esto se consigue con la gente”. Son las personas las que han levantado todo, desde sus casas, sus negocios pero también sus ganas de seguir adelante. Más allá de las ayudas del estado, las personas directamente afectadas son las que sostuvieron el proceso de reconstrucción de sus medios de vida. Las máquinas limpiaron la ciudad, y las personas levantaron el pueblo.
Este Viernes Santo, se tomaron las calles de Pedernales en procesión. Como otros años el fervor religioso representaba la muerte de Jesús de Nazaret. La iglesia de donde solía salir la procesión, quedó muy afectada por el terremoto y tuvo que ser demolida, como otros edificios de la ciudad. Ya se ha iniciado el proceso de construcción de la nueva parroquia eclesiástica María Auxiliadora. Frente a lo que será la nueva iglesia, hay un patio con una cubierta de zinc y bambú que ahora sirve de templo, y de la cual este año salió la procesión.
En la misa se recordó a las personas fallecidas durante el terremoto de Abril, y la procesión de la muerte de Jesús de Nazaret recorrió los lugares donde las personas fallecieron. Cada una de las paradas representaba un acto de la muerte de Jesús de Nazareth, y fue una manera de honrar a las personas desaparecidas.
Al llegar al Malecón, la procesión se mezcló con las personas de la ciudad y los turistas. Se generó un momento de silencio en el que cada persona, independientemente de la razón de su venida a la costa, se sintió conmovido por el dolor y las ganas de seguir adelante como pueblo. Los bares y restaurantes bajaron el sonido de la música, la gente empezó a prestar atención, y se conmemoró de manera unida a las pérdidas humanas y de modos de vida de los habitantes de la ciudad de Pedernales.
En la parada del Monumento a los Caídos en la playa se realizó la representación de la Caída de Jesús. Un monumento donde se han grabado el nombre de estas personas, de las que ya no están presentes.
Más allá del sentir religioso, estaba muy presente la pérdida de las personas queridas, las secuelas, las promesas incumplidas. Pero también se sentía el sentimiento de un pueblo animado por la venida de gente de afuera que valora su cultura y tierra, reforzando el proceso de reconstrucción social desde lo humano, más allá de las promesas electorales o políticas.