67 razones para salir a la calle
Fotografías: Zitouna Auryn – Josep Vecino
En una de aquellas ocasiones que leí a Audre Lorde, entendí que las herramientas del amo no derribarán su casa, porque al final seguirán siendo sus propias armas. La muerte es uno de los elementos que usa el patriarcado para aniquilar lo que no le resulta útil. El asesinato de mujeres y cuerpos feminizados tiene un objetivo más profundo en este análisis. ¿Cuál sería? Afirmemos, lleva a cabo de manera silenciosa y a largo de plazo un proceso pedagógico de género, en otras palabras, los feminicidios y transfeminicidios cumplen el rol instructivo para recordarles a quienes se salga del guión que su único camino es la muerte.
Y, ¿qué es la muerte. Qué hay detrás de ella? Será que sólo nos queda la gran ausencia de quien no volverá. No, no sólo es lo anterior. En lo que va del 2017 ya son 67 vidas que no están con nosotrxs. 67 ausencias, 67 motivos que alimentan nuestra ira feminista. 67 razones para colectivizarnos.
Este performance fue una propuesta política y colectiva que intentó interpelar al Estado y sus instituciones. Buscó generar cuestionamientos a todxs, preguntas, incomodidad; persiguió el grito público en las calles para decir que (…) nos están a matando a todxs(…).
Las bolsas de basura se tradujeron en un elemento simbólico, no obstante, nada extraño a los escenarios que rodean a los femicidios que ocurren en el país. Son 67 vidas que decidieron encerrarse en una bolsa plástica y decir nos más. Son 67 vidas que están soñado, corriendo, sintiendo, sonriendo, son 67 vidas que aún están con nosotrxs. Son 67 vidas encerradas en una bolsa que gritaron (…) cuerpos desechados feminicidio de Estado.
La performance fue una forma de recordar a Valentina, Anfy, Vannesa y muchas más mujeres y cuerpos feminizados. Es un acto afectivo junto a las familias que hoy siguen encontrando en la organización un medio para exigir respuesta y no más impunidad.