Los Jordis cumplen 6 meses en prisión, Barcelona se tiñe de amarillo para pedir su libertad
Fotografías: Josep Vecino
Este año llegó tarde la primavera, al invierno le ha costado irse, aún sigue el tiempo frío y lluvioso. Pero este si ha sido un domingo de primavera, un cielo azul, sol y calor acompañó a una Barcelona teñida de amarillo, de gritos a la libertad y del fin a la represión.
El “Procés Català”, como se conoce el proceso para conseguir la independencia de Cataluña por parte de un grupo de las fuerzas políticas que componen el gobierno autonómico de la Generalitat; Junts per Catalunya, Esquerra republicana y la CUP. Este “Procés” culmino con la realización del referéndum del 1 de Octubre donde se impuso el “SÍ”. Aquí empezó el recorrido del 155 con lo que se ha denominado un secuestro de las instituciones autonómicas desde Madrid, la encarcelación o exilio de parte de los miembros del gobierno autonómico catalán y la realización de nuevas elecciones que sorprendieron con una nueva victoria de la colación independentista.
Se cumplen seis meses de la entrada en prisión (preventiva con medidas cautelares) de los Jordis. Oriol Junqueras y Joaquim Forn quienes desde hace 164 días están privados de libertad y los exconsellers Jordi Turull, Raül Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa desde hace más de dos meses permanece en la cárcel. La expresidenta del Parlament Carme Forcadell con un mes de prisión. Así como otros miembros del gobierno que optaron por el exilio -Puigdemont , Joaquim Forn (PDeCAT), Meritxell Borràs (PDeCAT), Antoni Comín (independiente), Dolors Bassa (ERC) y Meritxell Serret (ERC) y se suma Anna Gabriel (CUP)- al no reconocer la aplicación de un juicio justo. Ya que son imputados por cargos de rebelión, el cual implica un alzamiento violento y este se ha demostrado que nunca ha existido. Esta ha sido la respuesta del gobierno en funciones y de sus socios en la famosa aplicación del artículo de la constitución 155 como solución al “Procés Català”.
Esta manifestación, según la organización -Espai Democràcia i Convivència- con la participación de más de 750 mil personas, ha dado un paso más allá de la reivindicación del derecho a decidir, al independentismo. Este ha sido un grito a la libertad de los presos políticos, pero también a la situación de represión de un estado que encarcela raperos, prohíbe exposiciones o secuestra libros.
A esta suma de falta de libertad de expresión estos días se articula una criminalización de los CDR (Comités en Defensa de la Republica) equiparándolos a banda armada por los últimos sucesos tras la detención de Carles Puigdemont en Alemania. En lo que se han equiparado cortes de carreteras y levantar las barreras en los peajes en varias autopistas como actos de violencia.
A diferencia de otras de las manifestaciones convocadas en Cataluña, esta ha conseguido la participación de otras fuerzas políticas no independentistas como En Comú Podem –la formación de Ada Colau- y de los sindicatos CCOO y UGT, así como de otras organizaciones sociales. Porque en los últimos meses el estado ha enviado un mensaje “si no estás con nosotros, estas en la cárcel” y todo esto se está articulando en lo que se denuncia como una falta de separación de poderes “político-judicial”