Vandalismo capitalista
En opinión
El diccionario define “vandalismo” como el “espíritu de destrucción que no respeta cosa alguna, sagrada ni profana”. El Paro Nacional que explotó en Quito y otras ciudades y regiones de Ecuador el jueves 3 de octubre, ha sido tildado de vandálico por el Gobierno. Medios de comunicación masivos han hecho eco de esto, y ante una parte de la opinión pública presente en redes sociales llega a ser injustificada la medida de hecho, además de acusar y rasgarse las vestiduras por la destrucción de algunos bienes materiales del Centro Histórico.
Pero el único vandalismo presente aquí es el del Gobierno ecuatoriano, la Policía Nacional y las Fuerzas Armadas. Desde ayer ha sido evidente el “espíritu de destrucción” de este Estado capitalista. Hoy se vive en las calles la fuerza represiva que Rafael Correa instauró desde el supuesto golpe de Estado del 30-S, así también todo lo que el antiguo régimen dejó sembrado, hoy cosechamos. Los vándalos son aquellos que quieren encarecer aún más la vida del ecuatoriano promedio y explotarlo laboralmente. Los criminales son ese otro “pueblo”, reprogramado a toletazos, agresores cuyo sueldo se mide por los golpes a estudiantes, trabajadorxs y campesinos.
Así que si hablan de vandalismo, refiéranse al espíritu capitalista que no respeta cosa alguna, sea que se haya sudado en trabajo por ella, sea que se haya ganado con presos, heridas y muerte. Ese es el vandalismo a señalar y denunciar.
Quizá hoy nos falte más organización en las bases, más autonomía, no depender de dirigentes o sectores (como los del transporte) que siempre terminan negociando la lucha. Por hoy, el paro de transporte ha terminado, pero el del pueblo continuará.